Solemnidad de la Santísima Trinidad

Paz, Gracia y Unidad

¡Gloria a la Trinidad!

Querida familia Trinitaria, Colaboradores, Bienhechores y amigos de la Comunidad.

Queremos decirles que les extrañamos, por la circunstancia que Dios permite. 

Nuestra unión es más estrecha, sublime por la oración en el hondón de nuestra alma, ahí donde habita nuestro Dios Uno y Trino.

Nuestra Espiritualidad Trinitaria:

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo

De quien venimos, en quien estamos y a quien vamos.

Infinitamente bueno, sabio, poderoso, principio y fin de todas las cosas.

Funda su Comunidad en la Tierra:

“Comunidad Trinitaria”

Quien quiere que todos le conozcan, amen y sirvan.

Nuestra misión: entregar el Don del Regalo de su Amor, que es Él mismo que se dona para que todos tengan ese encuentro personal con Él.

Nosotros miembros de la Comunidad le hemos dicho:

“Sí quiero y aquí estoy, para cumplir tu divina voluntad”.

Por ello continuamente entregamos, renovamos y enviamos tan grande Regalo.

Ahora con esta Pandemia no podemos entregarlo, pero nuestros Colaboradores Celestiales no tienen límite y es por ello que, cada vez que nosotros lo hacemos, ellos lo llevan a donde lo hemos enviado y a donde lo seguiremos enviando a todos los hombre sin distinción.

Este año, debido a las restricciones del gobierno, tendremos que celebrar nuestra Solemnidad individualmente cada uno en su casa.

El Novenario inicia el viernes 29 de mayo y termina el sábado 6 junio.

La Comunidad hará el Novenario a las 4:00 de la tarde, pueden unirse a rezarlo con nosotros o a la hora que puedan, pero siempre estaremos unidos.


Santo Rosario

“Mi Madre me solicita ser la patrona de mi casa bajo el nombre de Virgen de Lourdes”.

Intenciones:

  1. Que llegue la Semilla Trinitaria a toda la humanidad.
  2. Que cada corazón donde ya está la semilla de su Amor germine, para que nuestros corazones se abran y salga de ellos todos lo que no es agradable a nuestro Padre Dios.
  3. Que, al penetrar la Luz, ésta caliente nuestros  corazones y sean sensibles al amor infinito de Dios Uno y Trino.
  4. Que, al experimentar ese Amor, se sientan amados por  Él, que lo que desea es que nos sintamos lo que somos, sus hijos muy amados.
  5. Que este sentirnos muy amados nos lleve a experimentar el Gozo y la Paz, que es la riqueza infinita que Él nos da.
  6. Que todos nos esforcemos por mantenernos en esa intimidad con nuestro Padre Creador, con Jesús nuestro Redentor y con el Espíritu Santificador.
  7. Por la fidelidad y comprensión de los matrimonios.
  8. En este Novenario, especialmente, queremos pedir por la pureza e inocencia de los niños y los jóvenes para que mañana sean hombres de bien.
  9. Por todos los que están fuera del camino, para que entren al único camino, verdad y vida, que es Jesús.
  10. Tener presente a todos nuestros hermanos que por diferentes circunstancias no tienen el pan de cada día, para que les concedas su trabajo.
  11. Nos solidarizamos con todo el sufrimiento que esta Pandemia del COVID–19 ha causado, por todos los afectados, fallecidos y por todos aquellos que han perdido a sus seres queridos.
  12. Orar por todos los agonizantes, para que reciban la fortaleza y la seguridad que Jesús y nuestra Madre están con ellos. Por las benditas ánimas del purgatorio, los más necesitados y los que mueren en las calles.
  13. Por todas y cada una de las peticiones que han llegado a la Comunidad, desde la primera hasta la última que se esté elevando en este momento.
  14. Oramos por las intenciones particulares de cada uno, especialmente por todos los que participamos en este Novenario.
  15. Oremos todos unidos y enviemos el don del  Regalo del Amor de Dios a toda la humanidad.

La voluntad de Dios Uno y Trino es que la humanidad viva como Él quiso desde el principio de la Creación, en:

Paz, Gracia y Unidad.

 

Novenario

  1. Señal de la Cruz.
  2. Acto de contrición (Señor mío Jesucristo…)

Oración para todos los días:

Beatísima Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres Personas distintas y un sólo Dios Verdadero. A vos, Señor, que sois infinitamente bueno, sabio, poderoso, principio y fin de todas las cosas, amo con todo mi corazón, únicamente por ser Vos quien sois, y quisiera que todos los racionales os amasen precisamente por vuestra suma bondad, ocúpese Dios mío, mi memoria en acordarse de Vos, mi entendimiento en considerar vuestras  perfecciones, mi voluntad, en amaros y mi lengua en bendeciros. Ilustrad, soberano dueño, mi espíritu y dadme gracias para que yo comprenda y medite los beneficios que me habéis dispensado y os corresponda toda la vida agradecido. Así os lo suplico y espero que juntamente con el favor que os pido en esta novena (se anuncia el favor), me lo habéis de conceder por vuestra misericordia infinita, por los méritos de nuestro señor Jesucristo,  por María Santísima, por todos los Santos en cuya compañía deseo repetir eternamente.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

Padre Nuestro y Gloria (Tres veces)

 

Día Primero: 

¡Oh! Eterno Padre y Creador mío, Vos que os habéis dignado levantar el brazo de vuestra omnipotencia para sacarme del abismo de la nada y formar mi cuerpo, cuya organización y distribución de miembros hace tan admirable vuestra sabiduría.

Vos amantísimo Padre mío, que únicamente movido de vuestra  suma bondad, me habéis  distinguido con un alma sellada con el sello de vuestra esencia y la habéis destinado para que os sirva y goce de las eternas delicias en el cielo. Acordaos siempre, Dios mío, que soy hechura de vuestras manos. No permitas que yo manche vuestra imagen. Libradme de toda culpa,  y haced que no tenga más voluntad que la vuestra, para que empleándome en serviros y amaros en esta vida, consiga alabaros eternamente en la otra diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! clementísimo Hijo y dueño de mi corazón, Vos sois el ejemplar y el modelo de mi alma. En Vos vivo yo desde la eternidad de un modo infinitamente más perfecto que en mí mismo.

Haced mi Dios y Señor, que todas mis obras, palabras y pensamientos se dirijan a copiar en mi alma vuestras perfecciones, para que así conserve en esta vida sin mancilla la noble imagen con que fuí adornado en mi corazón y os alabe en la otra, diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Espíritu Santo, Dios Eterno e igual en todo al Padre y al Hijo, bien sé que me habéis animado y dado vida con el soplo de vuestra divina boca. Os doy las infinitas gracias por tantos dones y beneficios, con que me habéis enriquecido. Venid Espíritu Divino y Creador mío, visitad mi alma, llenadla de gracias y encended en mi corazón el fuego de vuestro amor, para que yo sepa estimar vuestras misericordias y únicamente aspire a conseguir mi último fin, que consiste en gozaros en la gloria, donde eternamente os alabe diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

  • Unos momentos de meditación en silencio.
  • Bendición, claridad, acción de gracias, honra, virtud y fortaleza sea a la Santísima Trinidad en los siglos de los siglos. Amén.

 

Día Segundo: 

¡Oh! Padre Eterno y Soberano creador mío, no contento con haberme sacado de la nada y ennoblecido con la imagen de la Santísima Trinidad, os dignáis dispensarme cada instante el beneficio de la conservación. Hacer lo que en sí encierra un favor tan especial, para que agradecido a vuestra bondad, que me da vida, y ordenó para mi bien el sol, la luna y todas las criaturas de este mundo visible le de continuas gracias, repitiendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Soberano y Dios de las misericordias, yo os adoro, alabo y glorifico por la admirable providencia que atendéis a mi conservación. Disponed, amantísimo Señor, que reconocido yo a favor tan singular, únicamente anhelo conservar en mi corazón la imagen de vuestras perfecciones, para poder cantar dignamente: 

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Espíritu Santo, fuente inagotable de las aguas saludables, que corren a mares desde lo alto de trono de Santísima Trinidad para fecundar mi espíritu, venid,  caridad ardiente y divino fuego, encended mi alma y espíritu y pueda pronunciar con la santidad que debo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Tercero: 

¡Oh! Padre Eterno, lleno de confusión y vergüenza me presento ante vuestra piedad. Al mismo paso que Vos os empeñabais en favorecerme, me empeñaba yo en ofenderos. Pero cuando vivía más separado de vuestra gracia, como si no hubierais hecho bastante; en haberme creado y conservarme, de acuerdo y consejo divino, enviasteis a vuestro Hijo  para que vistiese nuestra carne en las purísimas entrañas de María Santísima.

¡Oh! Padre mío, pero ¡Oh! Madre de misericordia, suplid vos por mí, indigna criatura, dad al Padre Celestial, las debidas gracias: suplicadle que me perdone y que en testimonio de mi agradecimiento reciba el cántico de alabanza:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Divino que bajasteis desde lo alto del cielo a honrar la naturaleza humana, vistiendo nuestra carne en el purísimo vientre de María Santísima, hacer que penetrado de la fineza de un beneficio tan inexplicable. Sólo piense en imitaros y en manifestaros mi reconocimiento. Oíd, Dios mío, mis clamores:  oíd a María Santísima a quien pongo por intercesora. Pedid Señora a vuestro Hijo que me perdone y que se sirva admitir la corta expresión de amor y de reconocimiento que le tributo, diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Espíritu Santo, por cuya virtud fue concebido nuestro Señor Jesucristo, y nació de Santa María Virgen, venid repartidor de todos los bienes celestiales, confortad mi alma, haced que cobre un nuevo ser de gracia, para que yo os alabe eternamente en demostración de mi gratitud por el beneficio de la Encarnación del Verbo. Ayúdame vuestra Esposa, ayúdame María Santísima a bendeciros juntamente con el Padre y el Hijo, diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Cuarto: 

¡Oh!  Eterno Padre, Dios de toda bondad, yo os alabo y os doy eternas gracias por el amor imponderable que mostréis al linaje humano en querer que vuestro Hijo derramase toda su sangre, y muriese en la cruz por mi rescate. Os pido, Padre mío, por vuestra inmensa caridad, que de tal modo hieras con tu gracia mi corazón que se imprima en él la imagen del Crucificado, para que puesto ante vuestros ojos con la presentación y fruto del sacrificio y el Espíritu Santo os alabe eternamente diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Soberano y Dios mío, nada hay en mi con que yo pueda pagaros el menor de los trabajos que habéis sufrido por mi rescate. Haced, dueño mío que la copia de vuestra pasión y muerte se grabe de tal manera en mi alma que jamás me olvide de vuestra inmensa caridad. Mostrad a vuestro Padre esa  preciosa sangre que todo lo aplaca borrad de mi alma todo pecado, y no me dejéis hasta colocarme en el cielo, para que en compañía de los coros  celestiales, diga eternamente sin cesar:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Espíritu Santo, autor y fuente de gracia, venid consuelo de mi corazón, venid luz beatísima, ilustrad mi entendimiento, inflamad mi voluntad para que yo aprecie como es debido el tesoro infinito de los méritos de la pasión y muerte de mi Señor Jesucristo, y me abrace de tal modo con la cruz que suba por ella a la gloria para ocupar mi lengua en daros gracias y decir eternamente:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Quinto: 

¡Oh! Padre Eterno yo os bendigo y os doy infinitas gracias por haberme llamado a la religión cristiana y constituido hijo vuestro por medio del santo Bautismo, cuanto pudierais haber dispensado este beneficio a un sin número de criaturas que os hubieran correspondido mejor que yo, suplícoos rendidamente, Padre mío, que perfeccionéis la obra empezada y me concedáis la perseverancia final para que logrando mi último fin os alabe en la Santa Sion, repitiendo eternamente:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Soberano vos que habéis querido depositar los méritos de vuestra pasión y muerte en el Bautismo, para comunicarme la gracia de adopción y hacerme verdadero hijo de Dios, concededme, Redentor mío, que no pierda yo por el pecado el derecho que me han dado a la gloria vuestros méritos, para que viviendo en aquel paraíso de delicias, os alabe por los siglos de los siglos, cantando:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Santo Espíritu venid Dios mío, habitad en mi alma, confortadla, haced que yo perciba la suavidad de vuestro dulce hospedaje y disponed que yo persevere en vuestra amistad, hasta que logre entrar en el cielo y acompañe a los bienaventurados, diciendo con ellos a voz:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Sexto: 

¡Oh! Padre Eterno, clementísimo Dios mío: os adoro y alabo con toda mi alma os doy gracias porque habéis querido que vuestro Hijo se quedase con nosotros en el Santísimo Sacramento del Altar para nuestro consuelo, alivio y alimento de espíritu. Haced benignísimo dueño, que consiga el fruto de tan admirable Sacramento, que es la vida eterna, para repetir eternamente con los ángeles en alabanza vuestra:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Divino, vos que nos dejasteis todo el tesoro de vuestra pasión en el Santísimo Sacramento, haced que yo honre y glorifique de tal modo los misterios de vuestro precioso cuerpo y sagrada sangre, que pruebe sin cesar en mi alma los efectos de vuestra redención, para que consiguiendo la bienaventurada, me emplee en alabaros perpetuamente diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Santo Espíritu, venid sobre mi corazón, renovad en él la verdadera devoción y amor de vuestra bondad y haced que el Sagrado cuerpo de mi Señor Jesucristo sea una medicina que sane mi alma de todas las llagas y me comunique la salud eterna, para bendeciros en la Santa Sion, diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Séptimo: 

¡Oh! Padre Eterno, ninguno sabe, Dios mío si es digno de amor u odio; pero tanta es la misericordia que habéis usado conmigo, que vivo lleno de firmísima confianza de que me habéis dispensado: haced, Señor, que viva reconocido a vuestra amistad, y lograr el cielo para cantar siempre:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Soberano, no permitáis que esta alma se pierda. Subisteis al cielo después de vuestra gloriosa Resurrección a fin de prepararme la silla de mi gloria: comunicadme vuestra  gracia eficaz, para que haciendo cierta mi vocación con mis buenas obras, os goce y os alabe para siempre diciendo: 

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Santo Espíritu  que bajasteis sobre los Apóstoles y les disteis gracia y virtud para vencer a todo el mundo, bajad sobre mi corazón, Espíritu Divino, y fortalecedme de manera que ninguna tribulación, adversidad, ni ardid del mal, me aparte del camino de la gloria, en donde pueda yo aplaudir vuestras grandezas diciendo:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Octavo: 

¡Oh! Padre eterno haced que comprenda la gloria que me habéis preparado desde la eternidad. Disponed que tenga siempre impreso en mi memoria el conjunto de los innumerables bienes, en que consiste mi bienaventuranza. Dirigidme vos, dulcísimo Señor, por los caminos de vuestras misericordias y gracias hasta que llegue a tomar posesión de la herencia inestimable de la eterna felicidad, y cante perpetuamente: 

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Divino, Vos que habéis venido al mundo para abrirme las puestas del cielo, hacedme que conozca las riquezas de la  gloria  que me está aparejada, para que despreciado todo lo terreno y enamorado de tanto bien, vuele con las alas de mi espíritu hasta gozar de la eterna dicha y alabaros diciendo siempre y por siempre:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Soberano Espíritu venid Dios mío, ilustrad mi entendimiento con el conocimiento del tesoro de la bienaventuranza arrebatad mi corazón, llenadlo de alegría, coronad nuestras gracias dispensándome la inmensa gloria y perpetuo gozo que tendrán  vuestros siervos en el paraíso, en donde os glorificarán eternamente con él:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Día Noveno: 

¡Oh! Padre Eterno y Soberano Dios mío, creo firmemente  que Vos, con el Hijo y con el Espíritu, sois tres personas distintas  un sólo Dios verdadero, yo creo en Vos, y os amo con todo mi corazón por vuestra suma bondad. Haced Padre de las luces, que las grandezas de los beneficios que he meditado en esta novena, me hagan conocer la excelencia de tan elevado  misterio y que mi mayor dicha consista en aspirar y gozarte para siempre y glorificarte juntamente con el Hijo y el Espíritu Santo, repitiendo por toda la eternidad:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Hijo Soberano, encended mi corazón en el amor de la Santísima Trinidad. Haced que mi espíritu se deje llevar de tal modo del imán divino del misterio tan sublime, que llegue algún día a alabaros en el trono de vuestra gloria y juntamente al Padre y al Espíritu Santo, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

¡Oh! Espíritu Santo, Maestro de las almas y Dios de la divina gracia, venid sobre mi corazón y enseñadme a estimar la nobleza del misterio de la Santísima Trinidad. Animad mi fe, fortaleced  mi esperanza y adornadme con la caridad perfecta, para que correspondiendo a vuestras inspiraciones, camine siempre por los caminos santos, hasta lograr ver cara a cara  vuestra divina esencia y adoraros y al Padre y al hijo, cantando entre los coros celestiales:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llena está la tierra de tu gloria. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen.

 

Oraciones finales para todos los días:

Bendición, claridad, acción de gracias, honra, virtud y fortaleza sea a la Santísima Trinidad en los siglos  de los siglos. Amén.

Bendito sea el Padre y el Hijo  con el Espíritu Santo.

Sea alabado y ensalzado por todos los siglos.

 

Oración:

Omnipotente y Sempiterno señor, que disteis a vuestros siervos el conocer la gloria de la eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe, y en el poder de la majestad adorar la unidad: concedednos que con la firmeza de la misma fe, nos defendamos siempre de todas las adversidades. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Bendito y alabado sea el santísimo Sacramento del Altar, en los cielos, en la tierra y en todo lugar, y el purísimo corazón de mi Jesús amado. Amén.

 

Letanías:

  • Padre Eterno, Omnipotente Dios.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Verbo Divino, inmenso Dios.

Toda criatura os ame, y glorifique

  • Espíritu Santo, infinito Dios.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Santísima Trinidad, un sólo Dios verdadero.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Rey de los cielos, Inmortal e invisible.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Creador y gobernador de todo lo creado.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Vida eterna, en quien, de quien y por quien vivimos.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Vida divina uno en tres Personas.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Cielo divino de excelsitud majestuosa.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Cielo supremo, del cielo oculto a los hombres.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Sol divino e increado.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Círculo perfectísimo de capacidad infinita.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Manjar divino de los ángeles.

Toda criatura os ame y glorifique

  • Hermoso iris, arco de clemencia.

Toda criatura os ame uy glorifique

  • Luz primera y Triduano, que ilustras al mundo.

Toda Criatura os ame y glorifique.

  • De todo mal del alma y cuerpo.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De todo pecado y ocasión de culpa.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De vuestra ira y enojo.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De repentina muerte.

Líbranos Trino y Uno Señor.

  • De las acechanzas del mal.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Del Espíritu de deshonestidad y de su sugestión.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De la concupiscencia de la carne.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De toda ira, odio y mala voluntad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De plaga, peste, hambre, guerra y terremoto.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De tempestades en el mar, aire y tierra.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De enemigos de la fe católica.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De nuestros enemigos y de sus maquinaciones.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • De la muerte eterna.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por Vuestra unidad en Trinidad y Trinidad en unidad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por la igualdad esencial de vuestra persona.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por la alteza del misterio de vuestra Trinidad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por el inefable nombre de vuestra Trinidad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por lo portentoso de vuestro nombre Uno y Trino.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por lo mucho que os agradan las almas en ser devotas de vuestra Santísima Trinidad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por el grande amor con que libráis de males a los pueblos donde hay algún devoto de vuestra Trinidad.

Líbranos Trino y Uno Señor

  • Por la virtud divina que en los devotos de vuestra Trinidad Santísima reconoce el alma contra sí.

Líbranos Trino y Uno Señor.

  • Nosotros pecadores.

Os rogamos, oídnos.

  • Que acertemos a resistir al mal con las armas de la devoción a vuestra Trinidad.

Os rogamos, oídnos

  • Que hermoséis cada día más con los coloridos de vuestra gracia, vuestra imagen que está en nuestras almas.

Os rogamos, oídnos.

  • Que todos los fieles se esmeren en ser muy devotos de vuestra Santísima Trinidad.

Os rogamos, oídnos.

  • Que todos consigamos las muchas felicidades que están vinculadas para los devotos de vuestra Trinidad.

Os rogamos, oídnos.

  • Que al confesar nosotros el misterio de vuestra Trinidad, se destruyan los errores de los infieles.

Os rogamos, oídnos.

  • Que todas las almas del purgatorio gocen mucho refrigerio en virtud del misterio de vuestra Trinidad.

Os rogamos, oídnos.

  • Que os dignéis de oírnos por vuestra piedad.

Os rogamos, oídnos.

 

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos Señor de todo mal. (Tres veces)

 

Oración:

Dios Padre, que al enviar al mundo al Verbo de Verdad y al Espíritu de Santidad revelaste a los hombres tu misterio admirable, concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la unidad de su majestad omnipotente.

Que la invocación de tu nombre nos santifique y nos transforme en una continua oblación a Tí.

Que la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo y nuestra profesión de la fe en la Trinidad Santa y eterna, y en su unidad indivisible, nos aprovechen Señor para la salvación del cuerpo y alma. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que  contigo vive y reina, en la unidad del Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Te adoramos Santísima Trinidad  y por la intercesión de nuestra Madre la Virgencita de Lourdes, te ofrecemos nuestra suplica. Concédenos a todos la unidad en la fe y el valor de profesarla sin vacilaciones.

 


Solemnidad

de la

Santísima Trinidad

Domingo 7 de junio 2020

Nos uniremos todos los Miembros  de la “Comunidad Trinitaria”, Colaboradores,  Bienhechores y todos los Feligreses.   La  Santa Misa  será transmitida desde nuestra Capilla el domingo  7 de junio de 2020, por Canal 13 a las 7:00 de la mañana y   TN23  a las 8:30  AM.

PAZ, GRACIA Y UNIDAD

¡GLORIA A LA TRINIDAD!

 


Dios te Espera, Dios te Ama.